lunes, 5 de diciembre de 2011

El triste recuerdo


No son todas alegrías, risas y cachondeo en un hospital, también tenemos que tragarnos muchas cosas, de las cuales algunas nunca llegamos a olvidar.
Transcurría una mañana de verano tranquila en la planta de especialidades, maría junto a sus compañeras realizaban los lavados mañaneros, esta se dispuso a entrar en la ultima habitación que le correspondía aquella mañana para hacer su respectivo encamado, la habitación 119, cuando entro y vio a ese muchacho con cara de ángel, unos ojos que la penetraban al mirarla, una piel suave, pura y pálida, maría se estremeció, porque le vio en sus ojos lo que ocurría momentos mas tardes.
Tras haber terminado toda la planta se pusieron a desayunar todo parecía estar tranquilo, los timbres no sonaban, la familia no molestaba,era una mañana extraña para maría, sabia que algo iba a pasar.
Cuando apenas el reloj había marcado la 1 de la tarde el timbre de la habitación 119 sonó, a la cual fue una enfermera que transcurrido unos minutos de un aquí y para allá, fue en busca de maría para darle la noticia, si , el muchacho había muerto y tenia que prepararlo.
María se dispuso a coger todas las cosas, cuando entro en la habitación la madre del muchacho le pidió que por favor lo vistieran con su ropa, maría dijo  que no se preocupara que así lo haría, cuando esta llego a los pies de la cama de muchacho le entro un escalofrío que le recorrió todos los puntos de su cuerpo. allí yacía ese muchacho de tan solo 17 años, que a pesar de estar muerto conservaba la misma expresión angelical, parecía estar dormido.
Procedieron a colocarle la ropa y a prepararlo, cuando ya estuvo totalmente vestido maría lo perfumo y lo peino, pero cuando esta se dispuso a cogerlo para poder colocarle el sudario el muchacho soltó un pavorido y sórdido grito de ainsssssssssssssssssssssssss, maría al escuchar y sentir eso, lo soltó de inmediato diciéndole perdona te hice daño?, y la enfermera, maria¡¡¡¡. esta muerto q dices?. maría pálida y nerviosa le decía , pero ustedes también lo habéis escuchado ,repetirle el electro ,tiene que estar vivo no ha sido un sonido de gases, si no un grito, procedieron a repetirle el electro, y daba plano, el muchacho estaba muerto, maría y sus compañeras terminaron de amortajarlo y dejaron que la familia entrara en la habitación para que se despidieran antes de bajarlo a mortuorio.
Pero algo había cambiado en maría, estaba pálida, ida, se sentía culpable, porque ese grito tan desgarrante le llego al alma, han pasado varios años desde aquel día y aun maría recuerda a ese muchacho como si fuera el primer día, y se le pone los vellos de punta al recordar que ese pobre muchacho de tan corta edad y tanta vida por delante dejo su ultimo aliento en sus brazos, maría jamás lo olvidara.

Pd: La gente se pregunta porque somos tan fríos los que trabajamos en hospitales a la hora de una muerte o de una enfermedad terminal, y no es así, no somos fríos, lo sentimos tal vez aveces mas que sus propios familiares, porque pasamos muchas horas con ell@s, vamos viendo su evoluccion, y con ello como se consumen, hasta morirse, por eso tenemos y debemos de actuar fríamente, porque si por cada muerte  o enfermedad grave  que se produjese nos afligieramos, ninguno seriamos capaces de realizar esta maravillosa labor que hacemos día a día, que quede claro que no es frialdad , es un escudo protector para continuar cada día sin hundirnos por cada historia, aunque aveces es inevitable que te afecte, por eso quiero dedicar esta entrada a todos y cada uno de los que realizamos esta maravillosa labor, va por ustedes!!!!!!!

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